Bendiciones en este Segundo Domingo de Pascua, también conocido como Domingo de la Divina Misericordia. A medida que viajamos a la época de la nueva vida, parte de lo que Dios desea restaurar y renovar son las relaciones entre nosotros. Abrimos nuestros corazones para recibir la efusión de la DIVINA MISERICORDIA para que podamos ser instrumentos de amor y misericordia para el mundo.